José Zorrilla

José Zorrilla y Moral, el poeta romántico, y dramaturgo, que cantó de modo vistoso y colorido temas medievales, ya sean religiosos, legendarios o históricos, tiñó su obra con rasgos noeoculturalistas y orientalistas. Él mismo definió su poesía lírica, como “la concreción del arte de escribir mucho, sin decir nada”.

Nació el 21 de febrero de 1817, en Valladolid (España). Estudió en el seminario de Nobles de Madrid. No llegó a graduarse como abogado en Toledo pues se dedicó a recorrer las calles conociendo leyendas lugareñas y frecuentando damas. Su pasión por la lectura lo hicieron admirar a Walter Scott, Dumas, F.Cooper, Chateubriand, Rivas, Victor Hugo, y Espronceda.

Su padre, un hombre rígido y partidario del absolutismo, lo envió a Lerma a cavar viñas, ante sus fracasos estudiantiles, pero el joven huyó. Se trasladó a Madrid donde la fama le llegó de un modo sumamente peculiar, leyendo una elegía: “Ese vago clamor que rasga el viento…” durante el entierro de del escritor y poeta Mariano José de Larra en 1837, que se suicidó a los 27 años. Zorrilla no pudo terminar sus versos pues sufrió por la fuerte emoción un desmayo, y hubo de concluirla el marqués de Molins. Esta circunstancia le valió ocupar el puesto de redactor, que Larra tenía en “El Español” y la amistad de Espronceda.

Contrajo matrimonio en 1838 con la viuda Florentina O´Reilly, mujer de mucha más edad que él, pobre y madre de un hijo.
En colaboración con García Gutiérrez escribió su primer obra dramática “Juan Dándolo” que se estrenó en el Teatro del Príncipe, en 1839. Los “Cantos del trovador” en tres volúmenes, fueron publicados en 1840, año en que se estrenaron sus tres dramas: “Cada cual con su razón”, “Más vale llegar a tiempo”, “Vivir loco y morir má”s. En 1842 tres obras teatrales son representadas: “El zapatero y el rey”, “El eco del torrente” y “Los dos virreyes”.

En 1845 se dirigió a París abandonando a su esposa, la que nunca le fue fiel, y con quien mantuvo una relación conflictiva, realizando allí cursos de medicina y tomando contacto con personalidades de las letras como Gautier, George Sand, Dumas y Musset.

En 1845 falleció su madre, y cuatro años después su padre. Retornó a a Madrid, con la angustia de que su padre nunca le perdonó la huida del hogar ni el posterior casamiento con esa mujer mayor, además de dejarle cuantiosas deudas.
Fue miembro de la Real Academia española, retornado a París en 1851. Luego vivió en México, en Cuba por un año, y luego se instaló nuevamente en México, siendo nombrado Director del Teatro Nacional al asumir el gobierno, Maximiliano. Quedó viudo en 1866, y en 1869 se casó con Juana Pacheco

Se destacaron entre sus poemas : “Poesías” en siete volúmenes, “El desafío del diablo”, “Flores perdidas”, “A buen juez mejor testigo”, “Oriental”, “Recuerdos y fantasías”, y “La azucena silvestre”.

Su extenso poema inconcluso “Granada” evoca la dominación árabe; si bien publicó dos volúmenes en París no lo terminó.

Falleció el 23 de enero de 1893, en Madrid, como consecuencia de una cirugía de cerebro.

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