Antonio José de Sainz

El poeta Antonio José de Sainz, nació en Uyuni (Potosí) el 4 de abril de 1893, aunque su infancia y su juventud se vincularon fundamentalmente a la ciudad de Oruro. Su preparación pedagógica básica la realizó el colegio particular Reekie de Oruro en 1966. En el colegio San Calixto de La Paz, cursó los estudios secundarios. En la Universidad técnica de San Agustín, de nuevo en Oruro, estudió Derecho.

En La Paz fundó con unos amigos una página periodística llamada “Luces del Alba” donde en forma reflexiva vertió en versos y prosas opiniones sobre temas políticos, religiosos y sociales, enrolado en la denominada generación del 25 de pensamiento nacional, patriótico y antiimperialista. En Oruro dirigió varios números de la revista crítica “Argos”, fundada en 1923. Sus poemas aparecieron publicados en “La Industria” y “La Mañana” revistas de Sucre en 1918 y en 1927 escribió en la página literaria “La Patria”.

En su carrera literaria, Antonio José de Sainz también aportó al periódico «El Diario» de La Paz, donde escribió ensayos críticos sobre la identidad boliviana. Además, colaboró con la «Revista Oruro», que permitió que muchos de sus artículos alcanzaran una audiencia más amplia. Sus escritos reflejaban su compromiso con el nacionalismo boliviano y ofrecían perspectivas nuevas durante los períodos de transformación política.

En el año 1913 se publicó un libro de poemas “Ritmos de lucha” en Bélgica, que fue su segunda obra luego de “Cantos del sendero”. En Bélgica participó de muchas actividades culturales, y comenzó a sentir el reconocimiento de la crítica literaria. Regresó a Bolivia en 1914 con el estallido de la Primera Guerra Mundial, ejerciendo la docencia y desempeñando el cargo de Rector de la Universidad de San Agustín. Fue además Director del museo Tihuanacu. Su influencia en el ámbito cultural boliviano fue significativa, ya que promovió la preservación del patrimonio cultural a través de iniciativas académicas, además de organizar exposiciones en museos locales. Su labor en el ámbito educativo también incluyó reformas curriculares que buscaban integrar contenidos históricos con una visión crítica de la realidad boliviana, siendo reconocido por sus contribuciones a la educación superior en el país. Fue premiado por sus obras pero no concurrió a recibir los galardones, en muestras de su sencillez.

Entre sus libros en verso pueden citarse “Camino sin retorno”, cuya publicación data de 1937 y que fue reconocido con el premio municipal; “Cantos de sendero”; “Solar de Indias”, “Ritmos de lucha”, “Grandes voces”, “Tiempo”, “Collar de ópalos”, y Horas dolientes”.

Como poemas, “La duda”, “Alma lírica” “Invocación” “Canción callejera” y “Calama”

En prosa destacamos “Sombras”, “Una conquista” “Desde mi ventana” y “La piedad del lobo”.

Falleció en Lima (Perú) el 17 de octubre de 1959. El 6 de febrero de 1960 un colegio recién fundado en Oruro lo perpetuó en su nombre.