Jorge Guillén, el poeta austero, optimista, un tanto frío, pues liberó su obra de la emoción, conocedor y admirador de la tradición clásica, de la belleza, de la vida, y del amor, con gran influencia de Juan Ramón Jiménez, nació en Valladolid el 18 de enero de 1893.
Estudió Filosofía y Letras en Madrid, aunque la Licenciatura la obtuvo en Granada. En 1919 viajando por Europa, conoció, a Germaine Cahen, que se convertiría en su esposa dos años después, y a quien le escribió 793 cartas de amor. Tuvieron dos hijos, Teresa y Claudio.
Hasta 1923 ocupó el cargo de lector en la Universidad de La Sorbona, en París; tres años después ocupó una cátedra en la Universidad de Murcia, y en 1931, en Sevilla. En 1938 fijó su residencia en Estados Unidos, donde decidió exiliarse a causa de las consecuencias de la Guerra Civil, y trabajó como docente. En 1947 quedó viudo, y diez años después, se jubiló del Wellesley College.
Radicado en Italia contrajo segundas nupcias con Irene Mochi-Sismondi, en 1958 viajando con ella a Málaga, luego de fallecer Franco. En 1970 sufrió un accidente que le obligó a dejar la docencia que había retomado, dando clases en Harvard y Puerto Rico.
Fue el iniciador de la llamada “poesía pura” dentro de la Generación del 27. Su obra se caracterizó por la abundancia de signos enfáticos, monólogos frecuentes, oraciones sin verbos, sustantivos sin artículos, y estrofas ilimitadas divididas en cuartetos de versos cortos.
Su más famosa colección de poemas se denominó “Cántico”, cuya primera edición apareció en 1928 en “La Revista de Occidente”, que ampli´